Dejé lo convencional

Recibí educación convencional toda mi vida y era lo único que conocía hasta hace relativamente poco. Fui tan convencional que hasta me gradué de Medicina de la UCR. Mi familia convencional no hubiera permitido hacerlo de otra manera. A la hora que me tocó decidir por mis hijos, me topé con la enorme desilusión de saber que el sistema que yo tanto había apreciado, estaba lleno de defectos y carencias. 

Hace 6 años mi esposo y yo decidimos que no había nada mejor para el desarrollo de nuestros hijos, que se quedaran en casa conmigo. Les cuento que con el primero fue bonito, hasta fácil si se quiere ver de esa manera. 

Con el segundo no tanto y ni para qué les cuento con el tercero. Pero fue la vida que escogimos y al verlos a ellos hoy en día, el mayor de 6, la segunda de 3 y la menor de 1 año, honestamente no me arrepiento de nada. 

Mi esposo fue educado en casa toda su vida. Yo, ni siquiera sabía que existía la posibilidad. Al acercarse la entrada obligatoria del kinder de mi hijo mayor, nos dimos a la tarea de buscar un centro educativo adecuado. No fuimos a una ni a dos, en realidad terminé agotada de ver opciones. Me imagino que han pasado por lo mismo. 

Centros que cobran demasiado y ofrecen muy poco. Centros súper cuadrados que no dan cabida a la imaginación y a la libertad. O aquellos que son impagables, casi que sale más barato comprarse una casa. Al final, por x o y razón escogimos un lugar (pluses en el momento: buen precio, buena oferta y buena infraestructura) pero terminó siendo igual o inclusive peor que las otras. 

El bullying es pan de cada día en cualquier centro pero vomitivo es cuando el mismo centro es quien trata de encubrirlo y luego cuando todo sale a la luz, no hacer nada al respecto. Espero que a uds nunca les pase pero lo peor es ver sufrir a un hijo. El trauma que le hicieron pasar, duele aún un año después. El único lado positivo de eso fue que, logré ampliar mi mente a nuevas posibilidades. Nos comprometimos como familia, nos aventuramos en el Homeschooling y hoy por hoy siento que fue lo mejor. 

Nuestra travesía en esta aventura

No les voy a decir que hacer Homeschooling es fácil, es un estilo de vida. Es perseverancia. Es mantener una constante día con día. Es saber que no importa qué tan cansado esté uno, el día siempre empieza a las 6am. Y uds pensarán, si no va a la escuela, por qué se levantan tan temprano. La respuesta es sencilla. Nos levantamos temprano porque es parte de la disciplina que les inculcamos. Y no es para ver tele. No. Para bañarse, tender las camas, aspirar y limpiar la casa, hacer desayuno, recoger, lavar platos, arreglar la cocina y empezar a estudiar. 

Sobre lo que estudian específicamente podremos hablar después pero mi hijo cumplió 6 años en Mayo de este año, ya sabe leer, sumar, restar, multiplicar, habla inglés y está aprendiendo francés. Además es un atleta innato, va a clases de gimnasia. Lava y seca los platos, aspira la casa y a veces hasta me ayuda a cocinar. 

Quisiera pensar que es la mejor decisión que hemos tomado. Pero al final de cuentas, a los hijos de uno, los educa uno y nadie más. Si uds esperaban que se los educara alguna institución, a partir de ahí, ya fallaron. No soy perfecta y nunca lo seré. Solo espero dar lo mejor de mi para formar seres humanos increíbles. 

¿Es cansado? Claro que lo es. ¿Que a veces me dan ganas de dejar todo tirado y salir corriendo (obvio no literal)? Claro que si. ¿Que me he sentado a llorar porque he perdido la paciencia y me he sentido la peor madre de este mundo? Claro que si elevado al cuadrado. Pero a cambio, tengo hijos más felices, más niños, más elocuentes, menos robotizados. 

¿Qué quiero decir con esto?

Con esto no espero que todos concuerden conmigo y mañana mismo vayan a hacer homeschooling, es simplemente una opinión, es la vida que nosotros elegimos y nos ha funcionado. No sufro por la pandemia, no me estreso por resultados. Nuestro vivir día con día no se ha visto perturbado ni nuestra paz tampoco. 

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