Yo si disfruté la escuela

Voy a decirlo sin pelos en la lengua: “a mi me encantó ir a la escuela y al colegio”. Lo que siempre se me ha complicado ha sido el levantarme temprano pero fuera de eso lo disfruté montones. Lo que fue primaria y secundaria, fui estudiante ejemplar, con excelentes calificaciones y un curriculum extracurricular impresionante (Olimpiadas de Mate, Concurso de ortografía, Concurso de poesía, cuanta sapada se les ocurra). Entonces me pregunto yo: ¿le estaré coartando la posibilidad a mi hijo de participar en todo eso que yo tanto disfruté?. Otro de mis miedos es la parte de la socialización. Si se quedan en casa, ¿cómo lograr reforzar esa parte tan esencial en el desarrollo y formación de la personalidad? Pese a que se aprende con guía de un adulto, ¿cómo hago para guiarlo de la manera correcta?

Y así como esas preguntas, se me pueden ocurrir miles, así como los temores en cuanto respecta a la educación y el futuro de mis hijos; pero les contaré lo que he aprendido.

Me queda claro que mi hijo no participará en las Olimpiadas de Mate ni en Concursos de Ortografía pero oportunidades sobran en la vida, es cuestión de buscarlas. Me la paso investigando de todo lo que les llama la atención, opciones para ejercitarse, para interactuar, para aprender, para disfrutar, para compartir. De no haber sido por la pandemia, este año hubiéramos empezado a competir en gimnasia. Mi hija menor hubiera empezado clases de ballet. Cada que se puede, los llevamos a que conozcan, que vean con sus propios ojos otras culturas, otros paisajes, otras costumbres, que prueben otros sabores, que aprendan a vivir. Han tenido la oportunidad de estar en Cancún, Estados Unidos, Hong Kong, China, Singapur, Tailandia y Vietnam. 

Si hubiera sido yo, ¿adivinen qué hubiera escogido? Claro, el vivir la experiencia de primera mano y no leyéndolo en un libro (internet hoy en día) o viéndolo por televisión. Por eso creo que el lamentarse por cosas que ya sucedieron, no vale la pena. Lo que tal vez me haya funcionado a mi, no necesariamente vaya a ser lo que funcione para ellos. Simplemente me gusta que tengan la opción de escoger (dentro de sus capacidades), lo que más les gusta; desarrollar las áreas en las que sobresalen, trabajar a su ritmo las áreas que se les dificulta y que poco a poco logren definirse ellos mismos como seres pensantes.

Con respecto a la socialización, el ser educado en casa no lo afecta para nada. Seamos honestos, niños introvertidos o extrovertidos hay en todos lados, con o sin educación, y eso va a depender realmente del ejemplo que les demos como padres. Mi esposo y yo fuimos educados muy diferentes y tenemos personalidades muy similares, muy hérmeticos en nuestras cosas, introvertidos, poco sociables. Aquí lo importante de rescatar es que prevalece el ejemplo que les demos nosotros como padres, si no queremos que nuestros hijos aprendan nuestros malos hábitos, ahora es el momento de hacer un cambio. Solo así lograremos reforzar los lazos afectivos dentro de nuestra propia familia que al final de cuentas es la base de la sociedad.

Otra de mis dudas, es sobre los temas a estudiar y el cómo se va a estudiar. El miedo a que no estudien del todo y más bien estemos criando parásitos de la sociedad. La respuesta está en fomentar la curiosidad y mantener la disciplina, enseñarles que deben aprender a aprender, pero a aprender por interés, aprender por amor, aprender por necesidad. No aprender porque es algo impuesto. No aprender porque está en los libros. No a aprender porque los demás también lo hacen. El vivo ejemplo que tengo para este punto es a mi esposo. Es una persona que sabe absolutamente de todo. Desde los datos más útiles hasta los más superficiales. Además conoce de historia porque le apasiona, no como yo que la estudié para pasar el curso (nunca me gustó Estudios Sociales y mucho menos la historia). 

Educar niños no es una labor fácil ni en casa ni fuera de ella. Tampoco es una labor de un día. Es un esfuerzo constante. Es una obra de amor. Existen muchos métodos de enseñanza pero al final de cuentas va a depender de la situación en la que estén. Ya sea porque así lo decidieron, ya sea porque sus hijos no se acoplan a ninguna institución o sistema, ya sea por una cuestión familiar circunstancial o ya sea porque están encerrados por una pandemia. 

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